lunes, 24 de agosto de 2015

Un si o un no...

Diariamente, todos los minutos de nuestras vidas, estamos decidiendo cosas, si levantarnos temprano o dormir un poco más, si vestir de tal forma o con esta otra, si dejarnos el cabello peinado o despeinado, si desayunar o no, si escribir un mensaje de buenos días o esperar por un buenos días de alguien, simplemente desde que nos levantamos decidimos si ir alegres porque nos hemos propuesto será un buen dia, o ir tristes atrayendo lo peor porque presentimos que algo malo pasará… Pero en fin todas estas decisiones dependen únicamente de nosotros, algunas son tan simples porque son parte de una rutina que seguimos diariamente, otras son complejas porque son nuevas, porque tienen consecuencias o porque simplemente nuestra mente tan invadida de pensamientos nos acribilla de posibilidades haciendo difícil nuestra decisión.
Pero bueno más allá de esas decisiones que dependen enteramente de nosotros, hay esas decisiones que  en un tiempo dependían de nosotros, pero que indirectamente también dependen de otros factores, como el “aprobado” para estudiar, que depende de nuestro esfuerzo, inteligencia, pero también de los demás postulantes, o el “el trabajo es suyo” que depende de los demás concursantes y el de caerle bien a quienes toman la decisión, o el esperar que no venga algún ahijado a querer el mismo puesto. El caso es que en esos momentos cuando la decisión no es totalmente de uno sino de algo o alguien más, es mejor dejarle al destino, a la vida o en mi caso a Dios, siempre con la idea de que lo único que pido, es que sea lo mejor (para quien? no se… siempre creo que espero que sea lo mejor para la mayoría) y que aunque al comienzo no entienda, al final agradezca por como se dieron las cosas.
Hoy me enfrenté a una de esas situaciones en las que yo ya hice mi parte (no muy consciente pero la hice) y la decisión solo dependía de lo que la vida deparará para mi… Por primera vez no tuve miedo en lo absoluto, creo que eso demuestra que estoy tranquila con mi vida, en que me siento capaz de afrontar lo que se me venga, de que no le tengo miedo al cambio y sobretodo de que tengo a mi lado a personas que estarían conmigo fuera cual fuera el resultado… Pero francamente creo que lo que más fuerzas me dio fue sentir la tranquilidad que me transmitió alguien a quien quiero mucho, que con sus bromas, con sus ocurrencias e incluso con sus palabras de preocupación pero dulces creó un ambiente de tranquilidad que me hizo sentir que la una respuesta estaría bien pero la otra me cambiaría la vida, me daría fuerzas, y tal vez remotamente conseguiría darle fuerzas a alguien mas para cambiar el rumbo para entender que se puede volver a empezar... que nunca es tarde, que se puede volver a sentir o sentir incluso más y que aún es tiempo de ser feliz... Pero bueno esos sueños momentáneos duraron lo que dura ... eso... Y al final yo recibí una respuesta que tal vez era la justa, la esperada, la que hace fácil todo... Sin embargo cuanto me hubiera gustado que nos cambie la vida, pero esta vez no fue mi decisión y tal vez alguna fuerza mayor esta diciéndome que no es tiempo aun y lo comprendo e incluso lo acepto lo bueno es que al menos esperanzas no me ha quitado... 

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